Según la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación
de la Violencia contra la Mujer, 1979 (CEDAW), por violencia contra las mujeres
se entiende “Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino
que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o
psicológico para la mujer así como las amenazas de tales actos, la coacción o
la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública
como en la vida privada”.
El maltrato que sufre la mujer por parte de su pareja es una
de las formas de violencia más extendida en el mundo. Todavía presenta carácter
encubierto en muchas sociedades debido, en la mayoría de los casos, a que se ha
considerado un asunto privado en el que no debe intervenir ningún elemento
externo.
El maltrato suele comenzar con conductas de abuso
psicológico más difíciles de percibir por su propia apariencia amorosa: son
conductas restrictivas y controladoras que van minando la propia capacidad de
decisión y autonomía de las mujeres. Ejemplo de ello son: los celos, el
control, censura sobre la ropa, las amistades, las actividades, los horarios, y
las salidas de casa.
Estas conductas van produciendo dependencia y aislamiento, pero no son percibidas como agresivas,
ni como violencia, sino como prueba de amor hacia ella, por lo que la mujer o adolescente
(pues suele ocurrir al inicio de la relación), las admite y minimiza porque está
muy enamorada, y se va desarrollando muy lentamente una situación de indefensión y vulnerabilidad. Ella misma las valora
como manifestaciones de interés y amor,
dada su necesidad afectiva.
Si la mujer protesta o no hace lo que se espera de ella, el
incrementa su violencia, o retrocede y para un tiempo demostrándole lo mucho
que la quiere.
El conocido como Síndrome
de Indefensión Aprendida hace referencia al hecho de la que el sujeto (en
este caso la mujer) no concibe que la relación pueda ser de otra manera y se
rinde a un estado que anula toda su capacidad de reacción.
Este síndrome consiste en 4 fases: desencadenante,
reorientación, resistencia pasiva y fase de adaptación.
Algunas de las tácticas que utiliza el hombre violento para
conseguir el control total sobre la mujer al causarle un estado de miedo,
pánico, terror, sumisión, y dependencia, son:
- Aislamiento: no querrá que te relaciones, bien en el entorno social, familiar, … para evitar que pueda comparar comportamientos, pedir y recibir ayuda. Por lo que desvalorizara a su familia, amistades o cualquier actividad que la mujer quiera emprender fuera de la casa con otras personas. Controlando sus salidas, actividades, relaciones….
- Desvalorización personal: la humillara, para producir en la mujer baja autoestima, inseguridad, sentimientos de incapacidad, impotencia. El sentimiento de que sin él no podrá hacer nada.
- Demandas triviales: para tenerla ocupada, y asi impedir que pueda dedicar su energía a sus propios proyectos o a buscar salidas.
- Pequeñas concesiones: que crearan a la mujer una gran dependencia emocional, al no tener la mujer otras fuentes de afecto y relación.
- Mediante los golpes, amenazas, gritos, romper cosas, intimidar a la mujer, creando un estado de pánico y terror.
- Culpar a la mujer; minimizar la violencia, hacerse la víctima, provocar pena, chantajes emocionales que hacen dudar a la mujer de su responsabilidad y paralizan sus intentos de terminar con la relación.
MUJER, QUE NO TE CIEGUE EL AMOR,
SI SUFRES ESTAS TÁCTICAS,
NO TE
QUIERE
AMAR ES RESPETAR LA LIBERTAD DE TU PAREJA